Bloqueos, demandas y regulación: los factores detrás de la crisis de la plataforma de criptomonedas Binance
Desde su creación en 2017, la firma ha ingresado a la lista negra de Reino Unido, Japón, Canadá y EEUU y ha perdido el apoyo de sus socios más importantes en Europa.
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Tras cuatro años de historia al mando de Changpeng Zhao, la plataforma de criptomonedas más grande del mundo -por volumen de negocios reportados-, Binance, se ha visto envuelta en fuertes polémicas y acusaciones de incumplimiento por parte de sus clientes y reguladores.
Esto, luego de que el sitio colapsó tras el desplome de Bitcoin en mayo y provocó severas pérdidas en los ahorros de más de 700 mil usuarios, quienes -según reportó The Wall Street Journal- estarían organizando una demanda colectiva entre personas de la India y Europa.
Si bien Zhao explicó en un comunicado que esperan "aclarar y reiterar nuestro compromiso de colaborar con los reguladores, y estamos contratando proactivamente más talento, poniendo en marcha más sistemas y procesos para proteger a nuestros usuarios", esta es sólo una parte de sus preocupaciones.
En las últimas semanas, Binance se ha enfrentado a la decisión de varios reguladores a nivel internacional de prohibir sus operaciones en sus jurisdicciones. Hasta la fecha, la plataforma está en la lista negra de Reino Unido, Japón, Canadá y EEUU, además, bancos como Barclays y Santander le han impedido a sus clientes usar sus tarjetas en la plataforma.
"Mantener a nuestros clientes seguros es una prioridad máxima, por lo que hemos decidido evitar los pagos a Binance siguiendo la advertencia de la Autoridad de Conducta Financiera (FCA, su sigla en inglés) a los consumidores. En los últimos meses, hemos visto un gran aumento de clientes del Reino Unido que se han convertido en víctimas de fraudes con criptomonedas", explicó Santander a Financial Times.
A raíz de aquello, el número de negocios de Binance ha disminuido lentamente. Uno de sus socios de pago más importantes en Europa, Clear Junction, suspendió ayer la facilitación de pagos al intercambio de cifrado, en respuesta a la decisión del regulador de Reino Unido.
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Antecedentes en EEUU
Actualmente, Binance se encuentra bajo investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos por su papel en presuntos lavados de dineros y evasión fiscal. Según informó Bloomberg, se investiga si la compañía facilitó a norteamericanos realizar operaciones ilegales en su plataforma, como la compra de derivados vinculados a tokens digitales.
Esto, luego de que Chainalysis, una firma blockchain que ayuda a las agencias federales estadounidenses, concluyó en 2020 que más de US$ 2.800 millones en Bitcoin -vinculados a la actividad criminal- fluyó a exchanges como Binance y Huobi.
"Binance tiene un historial de intentar evitar la regulación, mientras que también hace declaraciones falsas sobre estar regulado en algunas de estas jurisdicciones", comentó a Cointelegraph el profesor de derecho en la Escuela de Derecho de Cornell, Dan Awrey, agregando que la compañía “ha colocado el objetivo firmemente en su propia espalda".
El CEO de Binance defendió la postura de la compañía indicando en una carta pública que en lo que va de 2021 han completado la asistencia a 5.600 solicitudes de investigación, lo que según él, es un 100% más que en 2020. Asimismo, destacó que la firma criptográfica apoyó recientemente el derribo de una red de ciberdelincuentes responsable del lavado de más de US$ 500 millones.
“Más regulaciones son señales positivas de que una industria está madurando, porque esto sienta las bases para que una población más amplia se sienta segura de participar en cripto. Creo que un marco legal y regulatorio bien desarrollado a largo plazo será una base sólida que realmente hace que las criptomonedas sean esenciales en la vida diaria de todos”, afirmó.
Pese a esto, las autoridades siguen mirando de cerca a la compañía, sobre todo por el hecho de que, si bien fue fundada en Shanghái, aún no tiene una sede reconocida públicamente. Así, lo que empezó a subir gracias al boom de las criptomonedas hoy se toma una pausa, a la espera de que la frase “todo lo que sube tiene que bajar” no se haga realidad esta vez.